¡Merci a tout!

jueves, 12 de julio de 2012

Cada vez que veo el vaso de agua cristalina. Imagino la torturosa forma de morir ahogado dentro de el.
Cuando camino entre la gotera y el cielo, me da miedo. Siento quizás que la gota soy yo saltando al vació.
Es noble el gesto de sonreirme en esas mañanas donde la uniformidad de la vida me tienta a surcar el peligro.
Pero, cuando veo las poesias escritas en las paredes, temo. Siento que soy ese verso olvidado que nunca saldra de tu boca.
Y aveces, solo aveces. Le temo al miedo. Miedo a dejarme ser yo y volver a estar cuerdo. ¿qué sería el mundo sin neuroticos?
¡Merci a tout!

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