Sobredosis.

miércoles, 21 de diciembre de 2011


Acabo con las venas bien saltadas,
Los ojos blancos y sin vida,
Eran las tres de la tarde,
El libro de poemas en la última parte.

Se le marcaba una sonrisa eterna,
Que los médicos o las tristezas,
No le pudieron borrar.

Lo encontraron tirado bajo el árbol de eucalipto,
Dicen que estaba triste, contaban su dolor,
Su vida agria, de mártir del amor.

Eran las seis,
y nadie lo iba a recoger,
Siquiera a visitar,
Solo los chismes volaban y se dejaban flotar.

Era de José Martí el libro de versos,
Decían que murió de frió,
pero era verano y había calor.

No lo sacaron de un río,
Era un campo bonito,
Sin ríos alrededor.

Se fue ya frió,
Dicen que de insolación pereció,
Nadie culpo al libro,
Ni al autor.

Se murió como la de Guatemala,
Siguió su ejemplo de drogadicción,
Se Inyecto esperanzas vanas,
Murió de sobredosis de amor.

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