No le doy un titulo decente.

ya no veo un cadáver entero sobre está maldita tierra,
Las flores han devorado gran parte,
Han cubierto esa obra maestra ausente de sangre.

Lo han carcomido de entrañas para fuera,
En lugar de ver moscas,
veo fieras.

Bestias que moran a sus anchas,
Cuales vigilantes de la muerte.

Ya no veo nada,
Me he cegado dentro de este amanecer sombrío.

Doce punto tres en número romanos.

Algún día
en alguna parte,
Yo jamás he de flaquear,
Hasta no sentir las piedras besar mis pies,
La brisa surcar mi cabello,
La tierra acicalar mis lágrimas.

Hasta entonces,
No he de entregarme a a los viles cuerpos de la mentira,
Al beso destructor de mis temores,
No he de llorar.

Comprenderé.

Cuanto frió yace entre tus cejas,
Queda de hielo tu sonrisa impregnada en la pared.

Se congelan tus miradas entre este plano y el otro.

He de comprender que vino la primavera,
Y el frió de mis manos no cubre tus heridas.

Pecera

Te he soñado en forma de pecera,

Con agua hasta la coronilla,

Y tu alma como pez que nada entre tu memoria,

Se relaja.

He soñado con mis palabras como teclas,

Maquina de escribir chirriante,

Que golpean tu pecera,

G O L P E A N,

golpean,

G O L P E A N.

Ya te romperás. 

kjh

He dormido,
Ajeno a mi.


                                 Quizás despertaré,
                                 Sin ti.


Quizás, quizás,
Cuantas probabilidaes.

Almohadones finos.

Voy a escribir sobre gorriones desplumados,
De esa miseria que se cae a pedazos por la vida,
De como nacen estrellas entre ciclos de billones de años,
El sentir de estar pelado e inerte en está tierra.

He visto que de las plumas del gorrión,
Se han echo una almohada con funda de seda,
No se quien es más miserable,
El gusano estrujado por el culo,
O el gorrión con frió y desnudo.


Aun así resistiré de escribir sobre penurias,
Insípidas conmiseraciones ajenas,
Me resisto a quejarme de esta vida.

Los veré de reojo,
A todos,
Y me echaré a dormir sobre una almohada fina.

Pepelito Cualquiera.

Dale un papelito cualquiera con un te quiero tatuado,
En un lugar cualquiera,
En alguna deshora,

Sin idas, sin vueltas,
Sin rosas, ni espinas.

No busques amores de película,
Esas son una imitación de una vida falsa.
Por eso sufren,
Porque imitan amores invisibles.
Existan de una sola vez.

No llores por odas románticas,
Porque nunca han de surgir,
Esboza una sonrisa sublime dentro de una papel,
Y vola libremente a tus anchas por cualquier mar perfumado.

Cuando exploten mis entrañas verán que amanece de nuevo.

Luz es lo que siento dentro de mis entrañas,

Es la rabia dormida que quema mis ojos,

Que dentro de mí moran prismas rotos que no reflejan la conciencia obscena,

He predicho que al morir,

Mi cadáver se hará fuente de colores,

Se reflejara la luz penetrante del sol,

Apuñalara mis ojos, mis intestinos, mi piel, mi alma.

Y así quizás se ilumine el mundo de una sola vez,

Porque al final de este túnel busco un poco de sombra,

Que tanta luz me ha dejado ciego.

I.16

“Me iré y no sabré volver.

Es más, no sabré siquiera que hay un “saber volver”. No lo querré acaso.”

Desnuda esta noche maldita,

Obsesionada con tu carne moribunda, flagelada,

Desgarrada, doliente

Han de marchar las estrellas divinas a esas tierras de nadie,

Allá donde moran los sueños,

Allá donde el dolor agraviado durante siglos se mece entre amapolas.

Presente en cada verso, en cada gota de sangre tu nombre,

Te vas y no volverás con nosotros los mortales,

Pues has decidido dejarnos como animalitos inexpresivos,

Te vas con los inmortales maestros,

A la fuerza,

Nos dejaste con la boca aun amarga de los besos que no me diste,

Me iré, y no sabré volver,

Que a tú lado tampoco sé si existe acaso un “saber volver”