¡Mercí a tout!

Despertar en ese mar vació y seco que reposa en la cienega más profunda de la existencia humana, despertar y saber que no es un mar.
Sucede que las pozas de agua pura y blanquesina, en los sueños no son más que recuerdo impuros e insanos que aquejan le ser.
Vendrán las zacarrinas a enverdecer los sueños, a limpiar las cienagas, a llenar de luz ese mar.
Todo fluira junto a el agua purificada naciente del seno de tu musa onírica, todo se inundará de paz y silenció.
Despertar, yo no quiero despertar. Cada vez soy más adicto a los sueños, usaré mi abstractismo para dormir despierto.
Usaré al tiempo como excusa de no despertar, hastá ver lleno ese mar seco inexistente. Tomaré una cubeta y comenzare la faena.
Comenzaré, comenzaré, comenzaré, pronto comenzaré. Estoy despierto. Sufro.
¡Mercí a tout!