Miseria.

viernes, 22 de junio de 2012

Las chozas de los benditos y agraciados hijos de la mierda,
Son palabras hediondas y sufridas,
Son lágrimas de pereza y dolor enjaulado,
Cientos de bolsas repletas de pegamento asqueroso,
Cuanta misera realidad,
Cuanta tristeza.

Llueve en los cráteres lunares de esa conciencia colectiva,
Cae el suspiro de un Dios eterno ya cansado,
Se oye como los viejos cantan versos entre ronquidos,
Que miseria.

Sudando frio el orgamo más solitario de la noche,
Quedandose desnuda la piedad a la sombra del rencor,
Se desglosa el sufrimiento de esa vaina rojiza,
Sangre, sangre, más sangre.

Quieta entre las estrellas desmayadas,
Se escucha el suave silbido de la canción de cuna,
Y en la maraña de la rabiosa melodía,
Se escucha la melancolía de tu madre que llora entre susurros.

Que miseria el despertar más lejos del sol,
Entre esas puertas marcadas con espadas envenenadas,
Cuanta paz despertar entre los brazos de tu amada.

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