Los abrazos del olvido,
Eran más tibios
ayer,
El beso de las águilas,
Ronroneaban al
amanecer.
Los besos dejaban
marcas,
Sutiles en el
cuello de la amante,
Ella le hacia el
amor a la noche,
Y la rumba desnuda
bailaba.
En un coctel de alegría,
Mezclaron vida con
drogas afectivas,
La amante se quedo
dormida.
El apocalipsis en
lata se abría.
Cuando despertó,
todo estaba destruido,
Todo decolorado,
negro, sin brillo,
La música ahogada,
se desperdiciaba,
Sobre la barra, la
tristeza desparramada.
El apocalipsis fue
hermoso,
Una fiesta
musical,
Puro cambio de
amor,
En el resto del
mundo, todo era color.
Mas el sabor de la
noche,
Tenía un dulzor
especial,
El dolor del
pueblo ya era falso,
Los recuerdos eran
abstractos.
La amante descalza
caminaba,
En una carretera olvidada,
El sol naciente le
quemaba los pies,
Las lagrimas rebosantes
de fe.
La fe le corría el
maquillaje,
El olvido le
surcaba las mejillas,
Y su alma se desvanecía,
Ella renacía.
El ayer se fue rápidamente,
El futuro amaneció,
El mundo renacía,
22 de diciembre
era hoy.
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