El tono de tu voz,
me recuerda los gratos momentos,
Esos ratos de amor,
Que pasábamos los dos.
Decile a tu hermana,
Esa tu gemela malvada,
Que se acuerde de mi,
Que no me olvide solo porque si.
Que piense en los momentos de pasión,
Los carros que explotábamos por diversión,
Las llamas de la ciudad que provocábamos,
Los solos de guitarra que tanto disfrutábamos.
Esas tardes fugaces de puro rock and roll,
De éxtasis juvenil sin control,
La libertad de los dos.
Cuando le sacábamos el dedo al opresor.
Que se acuerde, decile que se acuerde,
Que se venga otra vez,
Sácala del armario, que también quiero diversión,
Que el tiempo ya me aburrió.
Va! y sino viene,
Solo decile que la extraño,
Que aún la amo,
Que siempre lo haré.
Que mañana me quito los trapos de libertad,
Que dejo las fumadas de irrealidad,
La edad ya esta por llegar,
Y la madurez es también una deidad.
Mas tu tono de voz, aun me recuerda la libertad,
Querida, dame el brazo,
Que vamos a cruzar la calle,
Como gente civilizada, sin tanto relajo.
me recuerda los gratos momentos,
Esos ratos de amor,
Que pasábamos los dos.
Decile a tu hermana,
Esa tu gemela malvada,
Que se acuerde de mi,
Que no me olvide solo porque si.
Que piense en los momentos de pasión,
Los carros que explotábamos por diversión,
Las llamas de la ciudad que provocábamos,
Los solos de guitarra que tanto disfrutábamos.
Esas tardes fugaces de puro rock and roll,
De éxtasis juvenil sin control,
La libertad de los dos.
Cuando le sacábamos el dedo al opresor.
Que se acuerde, decile que se acuerde,
Que se venga otra vez,
Sácala del armario, que también quiero diversión,
Que el tiempo ya me aburrió.
Va! y sino viene,
Solo decile que la extraño,
Que aún la amo,
Que siempre lo haré.
Que mañana me quito los trapos de libertad,
Que dejo las fumadas de irrealidad,
La edad ya esta por llegar,
Y la madurez es también una deidad.
Mas tu tono de voz, aun me recuerda la libertad,
Querida, dame el brazo,
Que vamos a cruzar la calle,
Como gente civilizada, sin tanto relajo.
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