Hoy camino en silencio,
Por la vereda desnuda de la tierra,
No me deja en tregua el rumor del viento,
Inquieto y terco, pregunta por mi esencia.
Se acerca a mi odio como amante amorosa,
Toca mis cabellos en señal de aprecio,
Y con su voz sutil y leve,
Me insinúa mi muerte.
Se abre de las piernas enseñando su feminidad,
El viento es mujer,
De allí la ira furtiva de los tifones,
Y sus caricias leves a la tierra.
Me insinúa mi muerte,
Ahora al ver lo que veo,
Con ojos débiles de hombre,
la llamo ¨La viento¨
Me dice a lentos pasos,
Que yo soy parte de ella,
Y que entre sus senos infinitos he de morir.
De pervertida y prepotente,
Y yo en mi infinita miseria,
Me consume el deseo enfermo de besarla,
De callarle las palabras tercas y funestas.
Sigue sin tregua,
Saca su risa irónica,
Y levemente expresa.
-Morite mi amor, Morite.
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