Las cartas sin remitentes llegan tarde en verano,
Los sellos postales burdos se desintegran con el sol,
Las figuras de los héroes olvidados,
Lloran la memoria de una carta de reclamos.
Una carta de ella,
Llego rancia y toda verde,
Tenia una foto nuestra,
¿Nuestra enserio?
Dudo y no me fió del correo,
Desde que me dieron un telegrama ajeno,
Lloro el recuerdo funesto,
Eso no es nuestro.
La foto verde y rancia,
De portada trae titulado ¨sonrisa¨,
Mas en tus ojos hay llanto,
Y en los supuestos míos, solo un reclamo.
Ahora no me fió de mi,
Quizás era un mal chiste,
Que te hizo llorar y reír,
Mas no lo se.
Quizás sea mi hermano gemelo telequinético,
Que te dio un beso amargo,
Que te dejo flotando,
Uno de lengua y maleducado.
Querida, no me da risa tu sonrisa,
El correo se puede equivocar,
Mejor mándala en invierno,
Que es cuando el ayer se puede congelar.
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